Lucas Rivet, inspiracion para todos
Agustina Gómez, Infocielo

En 104 años solo 38 personas han logrado unir Argentina y Uruguay nadando por el Río de La Plata Lucas Rivet (@lucasrivet) es una de ellas. En 2018, el nadador nacido en San Isidro se animó a realizar uno de los desafíos deportivos más importantes del país e ideó el documental "Cruce del Plata" para reconstruir la historia de todas aquellas personas que se enfrentaron semejante hazaña.

 

Su vínculo con el agua nació durante su niñez, en las clases de natación de su escuela. Sus profesores observaron un talento innato para la natación y lo convocaron a entrenar en las piscinas del Club Ciudad de Buenos Aires. Su mamá, nadadora de toda la vida, emocionada y llena de orgullo, le dijo que sí. Su papá, jugador de rugby, también. Sin embargo, no lo llevaría a entrenar.

 

Así, madre e hijo viajaron arriba del 60 desde el norte del conurbano bonaerense a la ciudad de la furia tres veces por semana. Los entrenamientos de dos horas y los viajes de tres solo duraron tres meses, cuando el pequeño Lucas no aguantó el trajín y le pidió su papá volver a rugby.

 

“Si mi papá hubiese apoyado esa parte de llevarnos y tráenos, tal vez hubiese sido nadador desde antes. Lo que él buscaba no era que yo jugara al rugby, sino que jugara a un deporte de equipo y eso, definitivamente, me formó definitivamente como ser humano”, recordó Lucas Rivet en diálogo con Infocielo.

Jamás imaginó que su gorra y antiparras iban a quedar guardadas juntando polvo por más de 20 años. Mientras tanto, continuó su carrera de deportista como jugador de rugby y de fútbol amateur. Los años pasaban, Lucas iba creciendo y teniendo cada vez más ocupaciones, al igual que sus compañeros de equipo, y la posibilidad de hacer deportes con otros era cada vez más difícil.

 

Un día tomó la decisión de acercarse a una piscina de su barrio para retomar su primer amor deportivo. Sin embargo, su reencuentro con la natación no iba a ser para nada sencillo, sobre todo cuando su nuevo entrenador le dijo que no tendría posibilidades de volver a competir.

 

“Para él la natación significaba un plato de comida más al día. No nadaba porque amaba la natación, sino que era una forma de subsistir. Por lo tanto, su mensaje en relación a este porte no estaba del todo bueno”, señaló.

 

A pesar de ello, Lucas continuó entrando con él hasta que un día vio a dos chicos vestidos de neoprene nadando en las piletas de afuera junto a un entrenador. Se acercó, preguntó que hacían y le dijeron que se estaban preparando para hacer un triatlón. “Yo quiero hacer eso”, soltó emocionado Lucas. “Bueno, metete al agua y entrenemos”, le contestaron.

 

Fue así que pasó cuatro años corriendo triatlones y participando en diversos torneos de alto impacto como el “Ironman”, una de las competencias más importantes de la disciplina. “Cuando estaba corriendo el cuarto Ironman me di cuenta que estaba más pendiente del reloj que de vivir la experiencia. Ahí dije: 'tengo que salir ya de acá, porque me está consumiendo'”, confesó.

 

Lucas no concibe la vida sin desafíos y sabía que debía encontrar uno nuevo. La nueva aventura llegó cuando habló con un guardavida, Roberto Arena, que le contó que él y su padre habían cruzado el Río de la Plata a nado. Curioso, Lucas volvió a su casa y lo buscó en Google. El buscador arrojó poquísimos datos sobre los cruces. Entonces eligió hacerse cargo de esa ausencia de registro: se propuso contar la historia y cruzar el río más ancho del mundo.

Reconstruir la historia del deporte y ser parte de ella

El Cruce del Río de La Plata es un desafío con más de 100 años, que consiste en unir Colonia del Sacramento, Uruguay, con Punta Lara, partido de Ensenada. Hay 50 kilómetros que dividen a ambas costas. Los primeros atrevidos fueron Enrique Tiraboschi, Luis Garramendy, Elio Pérez, Romero Maziel y Vito Dumas, quienes en 1919 intentaron cruzarlo. A pesar de ser expertos nadadores, no lograron.

 

Recién en 1923, la nadadora quilmeña, Lilian Gemma Harrison, desafió los mandatos patriarcales de la época y fue la primera que logró conectar las costas rioplatenses con tan solo 20 años. A lo largo de estos años, muchos lo han intentado, pero únicamente 38 personas lograron superar la inmensidad de las aguas del plata.

 

Para ser parte de esas gloriosas páginas del deporte nacional, Lucas tuvo que entrenar durante tres largos años. “Fui fortaleciendo mi cabeza para saber que podía hacerlo. Hay gente que no necesita ese tiempo. Pero yo necesitaba trabajar sobre mi seguridad”, contó.

 

Durante esos años fue cambiando de entrenadores, conformando su equipo de trabajo y diseñando la mejor estrategia para lograr semejante aventura. Luego de tanta preparación, Lucas realizó su primer intento de cruce en marzo de 2018, desde las costas de Colonia. Junto a un equipo de 15 personas que él mismo lideraba, llegó a nadar por más de 12 horas en las aguas amarronadas del plata. Sin embargo, el destino no quiso que ese día completara su tan ansiado propósito. A tan solo 8 kilómetros de llegar a Punta Lara, tuvo que suspender el cruce por falta de visibilidad. Se subió el bote y abrazado a sus compañeros lloró desconsoladamente. La frustración y la angustia se habían apoderado de él.

 

A pesar de no haberlo logrado, Lucas no dudó en volver a intentarlo. Pero antes tomó algunas decisiones: dejó de liderar su propio equipo, cambió de entrenador, bajó el tiempo de entrenamiento y comenzó a trabajar con un psicólogo deportivo.

Nueve meses más tarde, en la víspera de la navidad del 2018, volvió a sumergirse al Río de La Plata. 56 brazadas por minuto, su equipo alentándolo y paso a paso el agua era tan pesada que parecía barro. No aguantaba más. Tenía vómitos y calambres. Faltaban tan solo dos horas para llegar y sentía que se desmayaba. Ansiedad pura. “Mi problema no era morirme porque me desmayaba, mi problema era que si me desmayaba y no llegaba, tenía que volver a entrenar todo lo que había entrenado para volver a intentarlo”, recordó.

 

“¡Ya está!”, le gritaron sus compañeros. Con la poca fuerza que quedaba en su cuerpo, vio que a pocos metros estaba su familia y amigos. Apoyó uno de sus pies y no había nada más que hacer. Después de 14 horas y 10 minutos y 42 kilómetros, a sus 41 años Lucas Rivet cruzó el Río de La Plata y se metió en la historia grande del deporte argentino.

Sin embargo, todo no se agotaría en sus logros personales. Había que contar una historia colectiva perdida en el tiempo. Mientras se preparaba para realizar su propio cruce, Lucas trabajó codo a codo con el documentalista Pablo Pérez para realizar un registro audiovisual de todos los cruzadores del Río de La Plata. Fue así que juntos crearon “Cruce del Plata. Historia de un desafío”, un documental que recupera parte de la historia del deporte nacional y expone a flor de piel estas experiencias donde el ser humano se atreve a desafiar la fuerza de la naturaleza. El mismo fue estrenado en DeporTV y se encuentra disponible en YouTube.

 

Además de idear esta pieza, el nadador de San Isidro creó la Asociación Cruce a Nado del Rio de la Plata, que tiene por objetivo llevar el recuento histórico de todos los cruces que se han dado en estos 104 años, como así también acompañar a los futuros retadores.

 

En línea con esto, para Rivet el cruce del Río de la Plata no debe centrarse únicamente en lo deportivo y en los desafíos personales de cada nadador. Si no que debe tratarse de una oportunidad para tomar conciencia sobre el cuidado del río y de otras fuentes de agua.

 

“No solo es necesario como desafío humano, desde el punto de vista físico, sino que creo que cuanta más gente se tire al Rio de la Plata a intentar cruzarlo, más gente va a entender su estado como cuenca de agua dulce que estamos contaminando. Para mí es importante estar en contacto con el agua. Todo lo que viví en estos últimos ocho años me hicieron encontrar un propósito y justamente es facilitar todo tipo de actividades que conecten al ser humano con el agua y con el medioambiente. Antes para mí el agua no valía nada y hoy entiendo que debemos cuidarla”, concluyó.

 

Tras abandonar la natación por 20 años, cruzó el Río de La Plata a nado e inspira a otros a proteger sus aguas | Infocielo