Natación: el entrenamiento con pesas mejora el tono muscular y el movimiento
Dott. Luca Tomaello - Direttore sanitario Isokinetic Torino

La natación es un deporte que, cuando se practica con una técnica funcionalmente correcta, contribuye al desarrollo armonioso de los músculos. Una técnica descuidada, por el contrario, puede provocar sobrecargas, inflamaciones y dolores y poner al deportista en desventaja.

Lombalgia e nuoto.

El dolor de espalda suele ser el resultado de la fatiga y de una alteración de la coordinación necesaria para garantizar la propulsión y al mismo tiempo la
estabilización del cuerpo en el agua. Un punto crítico está relacionado con la fase de respiración, durante la cual el músculo dorsal ancho debe coordinar su acción respiratoria con la fase de propulsión. En presencia de lumbalgia, el tiempo de recuperación necesario para volver a la actividad deportiva depende de la gravedad del cuadro clínico y del estilo de natación practicado, pero también del cuidado y la gradualidad con que se regrese a la piscina. Es fundamental realizar un diagnóstico inicial correcto para instaurar un tratamiento farmacológico y rehabilitador.

Vigila tu espalda

Como todas las disciplinas deportivas que requieren movimientos de los brazos por encima de la cabeza, la natación de competición puede forzar los hombros y provocar lesiones debidas a la sobrecarga. El sobreesfuerzo del manguito de los rotadores, la escápula y los músculos de la espalda puede provocar tendinitis o bursitis y, en casos graves, luxación.

Sí a la natación, no a las lesiones

Para prevenir las lesiones, el entrenamiento debe realizarse también en el gimnasio, introduciendo variaciones en los movimientos repetitivos y aliviando la tensión muscular y articular.
El entrenamiento de fuerza puede mejorar el tono de los músculos que se ven poco afectados por los gestos específicos de la natación, mejorando el control neuromotor especialmente a nivel de la columna vertebral y los hombros, lo que se traduce en un perfeccionamiento de los gestos correctos. En resumen, la natación no puede considerarse una terapia. Más bien, considerémosla como lo que realmente es: un deporte que requiere ajustes. Es bueno si se nada bien, malo si se nada mal.