El alto volumen de entrenamiento en la natación de competición puede ser una causa de lesiones por sobrecarga.
El dolor en la rodilla ocupa el segundo lugar, después del dolor en el hombro, como problema común en los nadadores competitivos, especialmente en los nadadores de estilo braza.
Para entender y prevenir esta patología, es esencial conocer la biomecánica del movimiento.
- La patada comienza con las rodillas completamente extendidas y los tobillos en flexión plantar.
- La fase de recuperación de la pierna comienza con la flexión de la cadera y la rodilla, manteniendo los talones cerca durante esta fase. Cuando las rodillas y las caderas alcanzan la máxima flexión, los pies comienzan a dorsiflexionar, separando ligeramente los talones y las rodillas.
- Las caderas y las rodillas alcanzan la flexión máxima cuando los dedos de los pies están dirigidos hacia afuera, con la tibia en rotación externa y el tobillo en dorsiflexión. Luego, los pies se empujan hacia afuera y hacia atrás mientras las rodillas se extienden gradualmente, manteniendo los tobillos en dorsiflexión. A medida que las piernas continúan extendiéndose a la altura de las rodillas, gradualmente se acercan.
- Las rodillas alcanzan la extensión completa cuando los pies están casi juntos. Al final de la patada, los tobillos alcanzan la máxima flexión plantar.
A la luz de todo esto, es evidente que el dolor y las lesiones en la rodilla en la natación generalmente ocurren debido a un uso excesivo e incorrecto del gesto técnico, lo que se traduce en una sobrecarga funcional de las estructuras musculotendinosas y ligamentosas del lado medial y un estrés por compresión en el compartimento lateral.
Entonces, ¿cómo prevenir el dolor en la rodilla?
Es necesaria una estrecha colaboración entre el médico y el entrenador para identificar y corregir los errores técnicos en el estilo de crol.
Las cargas de trabajo, especialmente en la fase inicial de la temporada, deben incrementarse de forma gradual, pero es crucial incluir en la planificación de la temporada también entrenamientos en el gimnasio enfocados en el fortalecimiento del cuádriceps, de los estabilizadores mediales de la rodilla, de los rotadores externos de la cadera, así como en la flexibilidad de la cadena muscular posterior.
Hoy en día, en el ámbito de la rehabilitación, existen pruebas como el Test de Análisis de Movimiento (Test M.A.T.) que, mediante cámaras de alta velocidad y plataformas de fuerza, permiten analizar los posibles "puntos débiles" de la rodilla y desarrollar un programa de entrenamiento neuromotor personalizado.