La evolución de la cultura y sobre todo de las condiciones económicas y sociales de nuestro país han llevado a una mejora significativa en la salud física del niño por lo que hoy se vuelve esencial que quienes cuidan al niño (desde padres hasta "cuidadores") dirijan su atención a otros aspectos de su bienestar que juntos permitan mejorar su Calidad de Vida. Entre estos, un papel importante está representado por la actividad física que es de gran utilidad para un crecimiento ideal del niño, y que también puede afectar muchos aspectos físicos y mentales de su vida adulta (por ejemplo, mejora de las funciones cardiovasculares, mayor equilibrio psíquico, mayor capacidad para enfrentar las dificultades de la vida, etc.).
La actividad física tiene un impacto decisivo en la estructura del cuerpo del niño, su conformación y también algunas de sus funciones (reducción de grasa, aumento de la masa muscular sin cambio de peso, mejora del transporte de oxígeno por todo el cuerpo que persiste incluso cuando la actividad está suspendida, aumento de la fuerza muscular, reducción de la pelvis y aumento del ancho de los hombros).
Bajo una luz más moderna y adherente a las necesidades del niño, creo que es correcto considerar la función de la actividad física como prevención y terapia.
La prevención puede iniciarse desde los primeros meses de vida con la natación o mejor con el contacto con el agua (acuáticos). El bebé en la vida intrauterina ha "nadado" durante 9 meses en un ambiente fluido, como resultado de lo cual el agua no crea miedo , pero le da seguridad. Ciertamente, si, por temores infundados de los padres, este contacto natural se interrumpe durante mucho tiempo, el niño pierde la memoria y el regreso al agua se convierte en un hecho traumático porque es inusual. El niño que aprende a moverse en el agua se volverá más coordinado en los movimientos y adquirirá un buen tono muscular general por lo que es más difícil encontrar anomalías o dimorfismos en su desarrollo físico.
El problema es encontrar estructuras que puedan garantizar las condiciones ideales desde el punto de vista de la higiene, el medio ambiente y la competencia de los operadores para llevar a cabo esta actividad.
La función terapéutica sirve para corregir aquellas actitudes defectuosas o anomalías posturales llamadas paramorfismos, causadas por un desarrollo deficiente de la masa muscular. Comienzan alrededor de 5/6 años y, si no se corrigen, también pueden conducir a deformaciones permanentes. Los paramorfismos más frecuentes son: los llamados "omóplatos alados", los hombros inclinados, la escoliosis corregible (no la real), la espalda curvada, la espalda plana, el abdomen expandido con una protuberancia excesiva de la espalda baja. Otras condiciones físicas corregibles son la obesidad, la delgadez, la delgadez de las extremidades superiores e inferiores.
Muchas mamás no inician a sus hijos en la actividad física debido a la escuela y todas las demás actividades sociales diarias. A estos les digo. "¡Considere que su hijo sufre de anomalías físicas que deben tratarse con una terapia que se administrará 3 veces a la semana!".
Por el Prof. Giuseppe Ferrari – Pediatra
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